Poner un negocio en marcha no es tarea fácil. A las dificultades propias de abrir tu propio negocio, se le suma la gran cantidad de “extras” que conlleva un restaurante. Medir las cantidades necesarias de productos, contratar a un número adecuado de trabajadores sin excedernos o quedarnos cortos, diseñar el local y su decoración…. Por eso, en el post de hoy te damos las claves para que analices cómo estás gestionando tu restaurante y veas si lo estás haciendo de la forma correcta. En caso de que no sea así, esperamos que este post te ayude a mejorar los aspectos que pueden estar fallando en su gestión.
Lo más importante es ser conscientes de la gestión del restaurante. Esto significa:
- Realizar compras que no son las adecuadas. Excedernos en comprar productos o quedarnos cortos puede suponer pérdidas importantes para nuestro negocio.
- Controlar el desperdicio o las pérdidas en materia prima. Unas de las cosas más importantes para un restaurante es tratar de perder la menor cantidad de comida. Si vemos que al final del día nuestro restaurante pierda grandes cantidades, debemos sentarnos y valorar en qué nos estamos excediendo. Aunque pensemos que no pasa nada, perder mucha cantidad de alimentos puede suponer una importante pérdida de ganancias.
- Tus productos deben ser rentables. Comprar a lo loco no es una buena idea. Tenemos que tener claro qué es lo que ofrece nuestro restaurante y centrarnos solo en eso. Si en un futuro vemos que podemos permitirnos comprar productos adicionales, lo podemos hacer sin ningún problema. Para empezar debemos de ser precavidos y tener lo básico y fundamental.
- Gestionar el almacén. Saber con lo que contamos en el almacén es imprescindible para hacernos una idea de lo que necesita nuestro restaurante para funcionar. Ser conscientes de lo que tenemos es necesario para hacer una buena gestión.
- Tener un equipo con un mínimo conocimiento de profesionalidad. Muchas veces, se procede a la contratación de personas con poca profesionalidad y aptitudes. Esto, que al principio puede suponer un ahorro para nuestro negocio, al final nos acabará pasando factura. Contratar a personas que no tienen muchas ganas o han cogido esa opción como algo temporal puede crear situaciones incomodas con los comensales. Es mejor contratar a personas cualificadas con buenas actitudes que nos den resultados. Además con las redes sociales hoy en día, las críticas por los empleados están a la orden del día. Salvarnos de esas críticas nos puede salvar el negocio.
- No conocer los costes del mantenimiento del local. El agua y la luz que vas a pagar puede que pienses que es lo de menos pero debes tenerlo muy en cuenta. Es un importante gasto que debemos llevar a rajatabla.
- No tener claro a qué público va dirigido tu negocio. Diseñar una estrategia y ceñirnos a ellas es fundamental para tener claro los objetivos y el público al que va dirigido. Esa estrategia podemos ir modificándola con el paso del tiempo según veamos como funciona nuestro negocio.
- Saber quién es y cómo diferenciarse de la competencia. Debemos analizar a nuestra competencia y ver cómo actúa para poder marcar nuestras diferencias.
- No tener una dirección definida. El producto no lo es todo. Hay que fijarse mucho y tener en cuenta que la experiencia hoy en día es lo principal.
- Obtener datos de tus clientes. Tener en cuenta las opiniones de nuestros clientes es primordial para poder obtener resultados de su experiencia y así poder cambiar aspectos de tu local que pueden estar perjudicándote. Las redes sociales nos ayudarán mucho a conseguir estos datos.
- Preocuparte porque todos tus empleados estén motivados con sus labores. Recuerda que ellos son la parte visible de tu negocio, lo que ven tus clientes de ti. Asignar las tareas adecuadas a cada uno ellos te ayudará a que la experiencia en tu local sea buena. Para ello es necesario conocer bien a cada uno de ellos y ver sus aptitudes y ambiciones.
- Procura tener tu local siempre en condiciones. La limpieza, el orden o la decoración son elementos indispensables para que un cliente se sienta cómodo.
El sector de la hostelería es un sector muy cambiante por lo que tenemos que estar al día con todo lo que va llegando y lo que se va dejando atrás. Las nuevas propuestas de los grandes grupos de franquicias hacen cada vez más difícil la salida a flote de negocios locales dirigidos por particulares. Por ello es necesario estar al día en todo lo que ocurre en este sector e intentar implantar esas novedades y cambios a nuestro propio negocio.
Nuevas tendencias alimenticias, cambios importantes en materia de decoración, la necesidad de generar una experiencia, no solo culinaria, a nuestros comensales o introducir nuevos productos que hasta la fecha veíamos imposible son algunos de los cambios que se han podido percibir en los últimos años.
Sin comentarios